Guía completa sobre SIBO y su tratamiento: síntomas y remedios caseros

Guía completa sobre SIBO y su tratamiento: síntomas y remedios caseros

Es un error común pensar que todas las bacterias son peligrosas para el ser humano; es fácil pensar eso cuando prácticamente todos los productos de limpieza, desinfectantes y desinfectantes alardean de su capacidad para destruir bacterias. 

Algunas bacterias pueden incluso producir toxinas que dañan tus células y contribuyen a diversas enfermedades. Sin embargo, no todas las bacterias son malas para ti; de hecho, tu cuerpo depende de algunas bacterias para funcionar correctamente. 

Probablemente ya sepas que tu cuerpo está formado por varios billones de células. Los aproximadamente 30 billones de células del ser humano medio desempeñan papeles minúsculos pero muy cruciales en el funcionamiento general de tu cuerpo. Estos «bloques de construcción de la vida» proporcionan estructura a tu cuerpo, convierten los nutrientes en energía y realizan funciones especializadas según su ubicación. 

El Síndrome del Intestino Irritable con Sobrepoblación Bacteriana (SIBO) es una condición en la que la microbiota intestinal experimenta desequilibrios, lo que puede contribuir a síntomas gastrointestinales incómodos.

Lo que quizá no sepas es que tu cuerpo también alberga unos 39 billones de microbios, entre bacterias, virus y hongos. Estos pequeños organismos son esenciales para una vida sana, ya que realizan varias funciones corporales importantes. Por ejemplo, el sistema inmunitario depende de las células microbianas, ya que ayudan a evitar las infecciones, neutralizan las toxinas y protegen a las demás células del organismo. 

¿Qué es el SIBO?

El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) se produce cuando hay un aumento anormal de bacterias colónicas en el intestino delgado, lo que altera la microbiota. Cada parte del tubo digestivo requiere bacterias distintas para realizar las funciones necesarias. 

Las bacterias colónicas son necesarias para el intestino grueso (colon), que viene después del intestino delgado en la digestión. 

La relación entre el SIBO y la microbiota es fundamental, ya que un desequilibrio bacteriano en el intestino delgado puede afectar la absorción de nutrientes y contribuir a la inflamación crónica, exacerbando los síntomas en las personas afectadas.

Sin embargo, cuando las bacterias van donde no deben y se cuelan en el intestino delgado, pueden causar un desequilibrio en el delicado ecosistema de tu tubo digestivo. Los microorganismos presentes en la microbiota intestinal experimentan un desequilibrio que puede desencadenar síntomas gastrointestinales.

El SIBO puede ser difícil de rastrear, y no está claro hasta qué punto es frecuente entre personas generalmente sanas. El principal indicador del SIBO es el síndrome del intestino irritable (SII). La frecuencia del SIBO en pacientes con SII oscila entre el 4% y el 78%, ya que la mayoría de los estudios indican que ambas afecciones están relacionadas. 

El SII se considera el mayor factor de riesgo de SIBO, pero dista mucho de ser el único. Otras afecciones médicas que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar SIBO son:

  • Alergias
  • Artritis
  • Enfermedad celíaca
  • Insuficiencia renal crónica
  • Cirrosis hepática
  • Cáncer de colon
  • Enfermedad de Crohn
  • Diabetes
  • Fibromialgia
  • Trastornos por inmunodeficiencia 
  • Linfoma intestinal
  • Lupus
  • Pancreatitis
  • Esclerodermia 

Además de estas afecciones, la edad avanzada, la cirugía gástrica, las lesiones intestinales y la radioterapia abdominal pueden contribuir al desarrollo del SIBO.

Los microorganismos, como bacterias y arqueas, pueden proliferar de manera excesiva en el intestino delgado en casos de SIBO, perturbando la microbiota y causando malestar abdominal, flatulencia y otros síntomas.

¿Cuáles son los síntomas del SIBO?

Los síntomas del SIBO son muy similares a los de otras afecciones digestivas. Por ello, puede resultar difícil diagnosticar el SIBO

Éstos son algunos de los síntomas más comunes del SIBO. La intensidad, la frecuencia y el número de síntomas que experimentes variarán en función de la gravedad de tu enfermedad: 

  • Dolor e hinchazón abdominal
  • Pérdida de apetito
  • Distensión abdominal
  • Estreñimiento
  • Calambres
  • Depresión
  • Diarrea
  • Fatiga
  • Sensación de estar demasiado lleno
  • Gases
  • Indigestión
  • Desnutrición
  • Náuseas
  • Heces blandas, malolientes y llenas de mucosidad
  • Mareos
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Debilidad

Remedios naturales para el SIBO

La mayoría de los casos de SIBO se tratan con una combinación de varios antibióticos recetados. El problema es que a menudo el SIBO puede reaparecer una vez concluido el tratamiento antibiótico. 

Es especialmente probable que el SIBO reaparezca cuando existe una predisposición subyacente al SIBO. Por eso, se suele sugerir que se hagan algunos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a disminuir la gravedad y la probabilidad de experimentar SIBO.

Estos son ocho remedios naturales que pueden ayudar a mantener a raya el SIBO:

Dieta elemental

El primer paso para tratar el SIBO suele ser «matar de hambre» a las bacterias de tu intestino delgado. Eso no significa que debas ayunar o matarte de hambre. En su lugar, puedes adoptar una dieta que permita que los nutrientes se absorban más fácilmente en el organismo. Esta es una forma eficaz de lograr este objetivo.

Este tipo de alimentación, no contienen fibra dietética ni probióticos que estimulen el crecimiento de bacterias adicionales. También hay una severa restricción del número de proteínas de origen vegetal y animal, y no contienen gluten. 

La mayoría de este tipo de alimentaciones se basan en líquidos; beberás fórmulas predigeridas. El propósito es proporcionar a tu cuerpo los nutrientes esenciales que necesita sin necesidad de que las bacterias de tu intestino te ayuden a extraer los nutrientes de los alimentos. 

Las dietas elementales sólo se recomiendan durante unas semanas, pero pueden ser un primer paso esencial para tratar el SIBO.

Dieta keto

Las bacterias se alimentan y crecen principalmente a partir de los hidratos de carbono de tus alimentos. Lo último que quieres hacer al tratar el SIBO es producir más bacterias intestinales aún más fuertes

El problema es que los carbohidratos están en una gran variedad de alimentos. Por lo tanto, puedes adoptar el keto para restringir severamente tu ingesta de carbohidratos. 

La dieta cetogénica se basa en el concepto de sustituir los carbohidratos por grasas saludables. Los carbohidratos son un macronutriente esencial, por lo que no los sustituirás por completo. Sin embargo, el objetivo es limitar tu ingesta de carbohidratos a menos de 20 gramos de carbohidratos al día. 

Si quieres empezar con el keto, te recomiendo comenzar con el libro de Ariadna Grau, Dieta keto: Restablece tu metabolismo, libérate del azúcar y gana salud para siempre.

Dieta baja en Fodmap

Adoptar una dieta baja en FODMAP es una solución alternativa a la dieta keto. En lugar de centrarse ampliamente en los hidratos de carbono, el FODMAP reduce los azúcares no digeribles y de cadena corta (también conocidos como carbohidratos) que favorecen el crecimiento bacteriano. 

FODMAP es el acrónimo de «oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables». 

Si sigues una alimentación baja en FODMAP, eliminarás los siguientes alimentos:

  • Los oligosacáridos están en verduras como las alcachofas, el brécol, las cebollas, los puerros, el ajo, la col rizada y la col, así como en las judías, los frutos secos, el trigo, el centeno y algunas frutas.
  • Los disacáridos están en productos lácteos como la nata, el queso, el helado, la leche y el yogur.
  • Los monosacáridos están en frutas y edulcorantes como el néctar de agave, el jarabe de maíz de alta fructosa y la miel.
  • Los polioles están en las frutas y verduras, así como en los edulcorantes artificiales.

Si quieres más información, te recomiendo encarecidamente este libro, que te permitirá empezar de una manera muy sencilla en este tipo de dieta.

Terapia hierbal

Utilizar las propiedades curativas naturales de ciertas hierbas puede ser un método eficaz para tratar los síntomas del SIBO. Los mejores suplementos herbales para el SIBO tienen un alto contenido en propiedades antimicrobianas. 

Es probable que necesites tomar una combinación de varios suplementos herbales durante unos meses para eliminar adecuadamente el sobrecrecimiento bacteriano. 

He aquí algunas de las hierbas más utilizadas que pueden favorecer una flora intestinal positiva:

  • Alicina (presente en el ajo).
  • Agracejo
  • Berberina
  • Aceite de trébol o clavo
  • Coptis chinensis
  • Extracto de hoja de olivo
  • Raíz de uva de Oregón
  • Hoja o aceite de orégano
  • Cáscara de granada
  • Propóleo
  • Aceite de tomillo

Suplementos nutritivos 

Uno de los efectos más peligrosos del SIBO es que puede provocar carencias de nutrientes. El SIBO impide que el intestino delgado funcione correctamente e inhibe la absorción de nutrientes. Es probable que estés desnutrido y sufras una carencia de múltiples nutrientes esenciales. 

Las vitaminas son nutrientes esenciales que desempeñan varias funciones clave en tu salud general. Si padeces SIBO, puedes tener una deficiencia de vitaminas A, B12, D, E o K

Los minerales son otro tipo de nutrientes esenciales que mantienen el buen funcionamiento de tu organismo. Los casos de SIBO han dado lugar a carencias de calcio, cobre, hierro, magnesio o zinc. 

Enzimas digestivas

Las enzimas digestivas existen de forma natural en la saliva, el páncreas, el hígado, la vesícula biliar y el revestimiento intestinal. Varios alimentos, como los plátanos, las piñas, los mangos, los aguacates y la miel, contienen enzimas digestivas

Hay tres enzimas digestivas principales, y cada una tiene una finalidad distinta:

  • La proteasa descompone las proteínas
  • La lipasa descompone la grasa
  • La amilasa descompone los hidratos de carbono

Los suplementos de enzimas digestivas pueden ayudar a tratar el SIBO de varias maneras. Pueden reducir los síntomas, mejorar la absorción de nutrientes y permitirte ampliar tu dieta. 

Resumen

El SIBO puede ser un trastorno muy incómodo. Puedes tener SIBO durante mucho tiempo antes de que aparezca ningún síntoma. Si experimentas síntomas de SIBO frecuentes o graves, es aconsejable que visites a un médico; tu profesional puede ayudarte a identificar la afección subyacente causante y recomendarte opciones de tratamiento. 

Tratar el SIBO a menudo no significa que vaya a curarse para siempre. Utilizar una combinación de hierbas, enzimas, MCT, suplementos nutritivos y probióticos, evitando al mismo tiempo los alimentos desencadenantes del SIBO, puede ayudar a mantener a raya los síntomas.

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